La conocida como «Gau Beltza» (noche negra) o «Arimen Gaua» (noche de almas), se lleva realizando en Euskadi desde mucho antes de que Halloween se popularizara. Esta tradición, la cual estuvo muy ligada al euskera y a la zona rural vasca hasta mediados del siglo XX, se extendía durante todo otoño y compartía muchas similitudes con la celebración que conocemos en la actualidad.
Sábanas viejas, calabazas y agujeros, estos eran los ingredientes que daban vida a una celebración que, al igual que hoy en día, tenían en el miedo a su protagonista. Aunque las calabazas se adueñaban de toda una estación, era en la víspera de todos los santos cuando su presencia se veía aumentada, convirtiendo su malévola sonrisa en la luz que iluminaba los sustos de la última noche de octubre.
En nuestra escuela también queremos recuperar antiguas tradiciones que nos permiten sentirnos parte de nuestra sociedad.
Aquí tenéis una pequeña muestra que demuestra que aprender también es divertido.